Mi cliente ideal

Algunos de los aspectos que valoro mucho en la relación con mis clientes son:
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Buen trato. Me gusta hablarles a las personas con amabilidad y me gustaría que me trataran de la misma manera, incluso si surgen problemas, en caso de errores o malentendidos.
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Contacto directo. Soy más proclive a trabajar con un cliente que se pone en contacto conmigo directamente, por teléfono o por correo electrónico, que recibir encargos mediante portales o listas de distribución, en un procedimiento en el que gana el más rápido en aceptar el trabajo.
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Relación de confianza. Me gusta establecer con mi cliente una relación de confianza mutua, en la que las condiciones de la colaboración estén claras desde el principio y la relación es mantenida en el tiempo, porque el cliente decide encomendarme la traducción de sus textos una y otra vez sabiendo que quedará satisfecho.
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Relación humana. Me gusta relacionarme con personas, y saber qué cara o qué voz tienen hace que la relación sea más auténtica. Me gusta hablar por teléfono con mis clientes o conocerlos en persona. Puede que sea pedir demasiado en un mundo virtual y en el que el trabajo siempre es para ayer, pero creo firmemente que esta posibilidad hace que mi labor sea más agradable y significativa.
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Claridad y transparencia. Las partes tienen que establecer los términos y condiciones de la colaboración antes de empezar el trabajo, esto transmite tranquilidad y confianza a ambas.
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Feedback. Soy humana y puedo equivocarme, cuatro ojos ven más que dos, y recibir un feedback es para mí muy importante. Agradezco mucho que el cliente someta mis textos a revisión, porque de ello depende la reputación de ambos, además de ser para mí una oportunidad de mejorar.
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Valoración de mi trabajo. Es importante para mí ver que el cliente valora mi trabajo, que está dispuesto a pagar un precio justo por el servicio profesional recibido y me otorgue plazos de entrega razonables para que yo pueda proporcionarle un producto de calidad.